domingo, 9 de marzo de 2008

ATICO

La Naturaleza que todo lo devorá,
apareció impasible ante los ciegos nocturnos
que lastimeramente engullian las horas
hacia sus adentros.
Las flores se manifestaron orgullosas
de su candor y turgencia.
Deprimidas las horas avanzaban
tratando de evitar el sol.
¡Si solo fueran las horas!, gritaron...
Plastificados y con orugas nasales,
obsevaron la zozobra de la Naturaleza,
que se manifestaba
incesante y turgente.

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